¿Cómo saber que una puerta está rozando y repararla?
El roce de una puerta provoca muchos inconvenientes, entre ellos, arañazos en el suelo o la alfombra. También es difícil de abrir o cerrar. Para encontrar una solución a este problema, es necesario localizar el lugar donde se producen los roces e identificar su causa. La cuestión.
Detectar las causas de la fricción
Cuando una puerta interior se bloquea o no cierra bien, hay una zona de fricción entre la puerta y el marco. Es necesario comprender la causa del problema para encontrar la solución adecuada:
- La puerta se desplaza unos milímetros hacia abajo, porque sus bisagras ya no pueden soportar su peso y están ligeramente desajustadas. Se frota en los lados o en el suelo.
- El revestimiento del suelo se ha cambiado durante las obras de renovación de la casa. Se ha vuelto más gruesa e inadecuada para el tamaño de la puerta.
- La nueva pintura es demasiado gruesa y la puerta ya no encaja perfectamente en el marco.
- La puerta se deforma debido a los cambios de temperatura.
Consejos para identificar los puntos de fricción de una puerta
Es fácil encontrar los puntos de roce de una puerta interior con las puntas adecuadas. Para encontrar la zona en cuestión, apague la luz de la habitación y busque zonas oscuras en el hueco de la puerta. Una vez identificadas las zonas, se puede determinar el punto de roce en tres pasos:
- Trazar las zonas de fricción con un lápiz.
- Abra y cierre la puerta varias veces.
- Observe las marcas de lápiz para identificar los puntos de contacto.
¿Cómo arreglar una puerta que roza?
Cuando una puerta interior se hunde y empieza a rozar el marco o el suelo, hay varias formas de arreglarlo:Si el roce se debe al grosor de la pintura, basta con lavar y decapar el borde, la puerta y el interior del marco.
Si el origen del problema está en las bisagras, hay que reequilibrar las fijaciones de la puerta atornillando las de arriba y desatornillando ligeramente las de abajo sin tocar la del medio.
Si la fricción es ligera:
- Ubique el punto de fricción: arriba, abajo, adelante o atrás.
- Coloque una hoja abrasiva aquí.
- Lija la puerta pasándola y planchándola sobre el abrasivo.
Si la fricción es significativa:
- Desenganche la puerta con una palanca o un destornillador grande.
- Instale arandelas de fricción en las bisagras de las bisagras para levantar la puerta unos milímetros (el grosor de estas arandelas varía en particular según el equilibrio a restaurar).
- Vuelva a colocar la puerta en sus bisagras.
Si esto no resuelve el problema:
- Marque con un lápiz los lados de la puerta a refinar.
- Plano a lo largo de toda la longitud marcada.
Si la puerta ya no cierra:
- Retire el delantero.
- Colocar una cuña cuyo grosor sea equivalente a la apertura de la puerta.
Si la puerta está torcida o el marco está demasiado dañado, debe reemplazarse en su totalidad.