¿Cómo sé si mi mascota tiene dolor?

Cómo sé si mi mascota tiene dolor

¿Cómo sé si mi mascota tiene dolor? Esta es una de las principales preguntas que se hacen los propietarios. De hecho, los gatos, los perros y los conejos no pueden expresar su dolor como lo haría un humano. Hay una serie de señales que puedes identificar fácilmente y que te dirán si tu mascota tiene dolor o no. Estar atento a los cambios en el comportamiento de tu mascota te permitirá identificar rápidamente si tu mascota está sufriendo.

Nuestros veterinarios están cada vez más capacitados en el manejo del dolor para brindarle todas las respuestas a sus preguntas sobre el bienestar de su compañero. Aquí descubrirás qué comportamiento puede adoptar tu animal en función de sus dolencias. 

Cambio en la expresión facial: una primera señal de alerta

La primera señal de dolor o malestar en un animal es un cambio en la expresión facial y en la mirada. Un animal que sufre suele tener un aspecto apagado, está replegado sobre sí mismo y menos “vivo” de lo habitual.

Un gato que siente dolor a menudo tiene los ojos abatidos, menos abiertos y “frunce el ceño”. Los perros, en cambio, tienen una mirada triste y ausente. El conejo adopta un comportamiento menos activo: deja de explorar y se para sobre sus patas traseras para observar lo que ocurre a su alrededor.

Si el animal presenta un dolor agudo, se puede notar un estrés importante (hiperagitación, jadeo, quejas) pero no es sistemático.

Cambios de comportamiento: lamer, morder, etc.

Por muchas razones, un animal tiende a lamer fuertemente el área adolorida. En algunos casos, incluso en ausencia de lesiones, podemos observar mordeduras bastante frenéticas y repentinas.

Frotar una zona del cuerpo también es señal de dolor sobre todo cuando se trata de la boca o las orejas. Por ejemplo, su gato puede frotarse la boca con las patas. Entonces podrá observar las manchas en las extremidades con bastante rapidez.

Cómo sé si mi mascota tiene dolor

Identificar el dolor local

Algunos comportamientos pueden resultar de un dolor específico:

boca y dientes

Un gato que sufre de dolor dental se niega a comer. Se acerca a su tazón, lame la comida y luego se detiene. Puede empezar a salivar.

En el conejo también observas que ya no come. Pero puede ser consecuencia de otro problema de salud, es recomendable tener la opinión de un veterinario rápidamente porque puede ser una emergencia.

Respecto al perro, muchas veces es difícil detectar el dolor dental . Simplemente tiende a frotarse la boca en una alfombra o un sofá, por ejemplo.

Orejas

Un perro o gato que sufre de dolor en los oídos se rasca e inclina la cabeza. No necesariamente “llora”, pero puede llorar si el dolor se intensifica.

Una cabeza ligeramente inclinada debería alertarle sistemáticamente, especialmente en primavera y verano por el riesgo de espiguillas en las orejas. Evita tocarlos, es una zona muy sensible, que puede irritar a tu mascota.

Seno

Si nota un estornudo intempestivo acompañado de un posible sangrado, esta es una señal de advertencia importante. Además, es posible que encuentres a tu perro, gato o conejo frotándose la punta de la nariz contra el suelo.

Dolor de cabeza

Los animales también se ven afectados por dolores de cabeza, pueden sufrir migrañas. Tu animal tendrá entonces un aspecto apagado y ausente. Puede permanecer así durante largos minutos, a menudo con los ojos cerrados.

Recurrente

Este dolor es muy común en los animales. A menudo se malinterpreta y puede ser antiguo. Por lo tanto, es necesario estar bastante atento al comportamiento de su animal para detectar signos indirectos.

Los animales tienden, en general, a adoptar un ritmo menos juguetón, menos activo, menos flexible, especialmente en los gatos, que ya no saben saltar.

Un perro se volverá reacio a salir a caminar y puede pedirle que termine rápidamente para regresar a su hogar.

Cuanto mayor sea el dolor, más organizará su vida su mascota y adoptará nuevos hábitos en función de su dolor. Por ejemplo, puede dejar de subirse a un sofá o subir escaleras. Estas acciones le provocan dolor de espalda, el animal buscará evitar estas situaciones.

A veces es difícil diferenciar entre un animal que está envejeciendo y un animal que tiene dolor, por eso te recomendamos que visites a tu veterinario para que pueda realizar exámenes y señalar la causa del malestar de tu mascota. .

Miembros

El dolor en las extremidades muy a menudo resulta de la cojera. Esto requiere un examen clínico temprano para evitar posibles complicaciones que causen dolor crónico.

Un perro que tiene problemas para levantarse o se deja caer para acostarse es probablemente un perro enfermo.

Un cachorro muy inactivo puede resultar en un dolor crónico que le impide ser tan activo como le gustaría. Si es muy solicitado por su amo, el cachorro puede, de vez en cuando, olvidar sus dolores… hasta que descanse y los sienta más.

Un gato con una extremidad adolorida lo compensará reduciendo el ritmo. Ya no podrá saltar ni subirse a una silla oa una escalera.

Cómo sé si mi mascota tiene dolor

Estómago

Los animales pueden tener dolor abdominal. Esto puede generarles inquietud, a lo que se suma una dificultad para acostarse.

Pueden quejarse y mirarse la barriga el uno al otro. Un estómago ligeramente hinchado y ligeramente duro con dificultad para respirar o incluso vómitos son señales muy preocupantes y, a menudo, se asocian con dolor y angustia graves.

En general, un animal preocupado, triste y abatido, que se cansa muy rápido y que no encuentra su lugar, siempre debe alertarte.

No necesariamente tiene que esperar quejas o gritos. Esto sucede durante un trauma intenso con dolor agudo, pero no es sistemático. Por ejemplo, un cachorro que aúlla no significa necesariamente que tenga dolor.

A menudo solo entra en pánico, es una señal de llamada. Un fuerte abrazo y mucha calma lo calmarán muy rápido.

Identificar el dolor crónico.

El dolor crónico suele ser más difícil de identificar.

La percepción del dolor crónico es ante todo un relato de sentimientos por parte del animal y de su dueño. Los dueños están en la mejor posición para ver un cambio de hábitos en la vida de su mascota. El dolor crónico no solo está asociado con la edad y puede ocurrir en animales jóvenes.

Los animales que sufren tienden a aislarse, a deprimirse, a estar tristes. Pueden ser irritables, intolerantes a las caricias o enojados.  

Para concluir, preste atención a los diversos cambios en la actitud de su acompañante y actúe en consecuencia. No dudes en hablarlo y pedirle un examen cuidadoso a tu veterinario, quien apreciará esta cuestión en toda su complejidad.

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