¿Cómo sé si mi perro tiene dolor?
¿Qué es el dolor?
El dolor es una señal de alarma, es una sensación desagradable que se siente cuando los nociceptores (receptores del dolor) envían información de un estímulo al cerebro. Señal que informa a su titular del riesgo en que incurre el organismo. Tiene una función de advertencia y protección.
¿Cómo reconocer el dolor en un perro?
A diferencia de los gatos, los perros manifiestan el dolor de forma visible.
Las vocalizaciones no están necesariamente asociadas con el dolor y, por el contrario, el dolor (especialmente el crónico) no está necesariamente señalado por quejas. Las vocalizaciones, a diferencia de las quejas, suelen ser un signo de confusión mental (senilidad, despertar de la anestesia, enfermedad neurológica en general).
Aquí hay criterios para evaluar el grado de dolor en un perro, la lista no es exhaustiva, criterios que deben evaluarse, por supuesto, en comparación con su comportamiento habitual, su resistencia, su temperamento:
- – Pérdida de apetito
- – Cambio de comportamiento: disminución de la reactividad, ausencia de juego, aseo personal, movimiento, disminución del intercambio con los compañeros, modificación del sueño
- – Vocalizaciones en caso de dolor agudo
- – Agresividad en el contacto
- – Lamerse, rascarse, automutilarse
- – Modificación de la postura: cojera, inquietud, espalda encorvada, posteriores de “rana”, cabeza baja, posición “anterior”, estiramientos
- – Modificación de la facies: mirada vacía, rasgos tristes, demacrados
Es bastante obvio que los síntomas evidentes también son causa del dolor: heridas, vómitos repetidos, estreñimiento, esfuerzos para defecar, dificultad para orinar….
¿Qué hacer con el dolor?
Durante la exploración, el veterinario de noche puede objetivar el dolor, por ejemplo movilizando cada articulación o segmento óseo, mediante la palpación abdominal…
Se trata entonces de determinar la causa, el síndrome o patología asociada y tratar el origen, además del propio dolor. ¡Los veterinarios tienen a su disposición una gama de moléculas analgésicas, por lo que es impensable en estos días dejar sufrir a un animal!
Convencionalmente, se utilizan, o incluso se combinan, moléculas antiinflamatorias y/o opioides para mejorar el efecto esperado y reducir las dosis.
Para el dolor crónico, que es más difícil de detectar, existen terapias alternativas: a través de la nutrición y el estilo de vida, a través de la fisioterapia, la fitoterapia, etc.
¿QUÉ NO HACER?
Es especialmente importante evitar administrar usted mismo medicamentos a su perro. De hecho, algunas moléculas pueden ser mal toleradas o incluso tóxicas, especialmente en animales de edad avanzada, a menudo sujetos a dolor en las articulaciones.
En cualquier caso, no dudes en consultar a tu veterinario o a un veterinario de guardia en caso de duda.