Construcción de ladrillo hueco: ventajas y desventajas.
Material tradicional y secular, el ladrillo es apreciado por su carácter noble y su durabilidad. A lo largo de los años, ha sufrido muchos cambios. Hoy en día, el ladrillo macizo clásico compite con el ladrillo hueco, más ligero y resistente a la humedad. Un material que presenta muchas ventajas, pero también algunos inconvenientes, sobre todo en cuanto a sus capacidades aislantes.
Ladrillo hueco: características y diferentes tipos
El ladrillo es un material de alta calidad que continúa ganando impulso en el mercado de la construcción. Su solidez y nobleza explican su éxito tanto en paramento como en construcción. Tradicionalmente se utiliza ladrillo macizo. Sin embargo, ante las modernas necesidades emitidas por constructores y consumidores, los fabricantes lo han hecho evolucionar creando ladrillos huecos. Estos se distinguen de los modelos “sólidos” por sus perforaciones horizontales o verticales presentes en toda la longitud y tienen un espesor medio de 20 cm. Gracias a este diseño, el material se vuelve más ligero. Su superficie exterior tiene muchas crestas para promover la adhesión del revestimiento durante la construcción. Como ladrillo clásico,
Incluso es posible utilizarlo en la creación de muros de carga. El ladrillo hueco tiene muchas variaciones. Encontramos por ejemplo el ladrillo de yeso que se utiliza para hacer revestimientos o tabiques interiores y tienen entre 3 y 6 cm de espesor. También hay tapas de techo de 2,5 cm de espesor que se utilizan para crear falsos techos. En la gama de los ladrillos huecos más populares se encuentra el ladrillo monomuro que está formado por celdas de dimensiones más pequeñas de lo normal, lo que le permite luchar eficazmente contra las pérdidas de calor.
Las ventajas y desventajas del ladrillo hueco.
Incluso si el mercado de materiales de construcción es ultracompetitivo, el ladrillo hueco sigue siendo popular gracias a sus múltiples ventajas. Una de las primeras cualidades que se le atribuyen se relaciona con su inercia térmica. Durante el día, almacena calor y luego lo libera después del anochecer. Esta característica permite un importante ahorro de energía. También es un material que tiene buenas capacidades higrométricas. El exceso de humedad en el aire es capturado y luego almacenado por el ladrillo. Cuando la atmósfera se vuelve demasiado seca, libera humedad. Además, el ladrillo hueco requiere menos juntas en la construcción, lo que reduce los puentes térmicos.
Además es más ligero, resistente al fuego y duradero sin olvidar que es un material respetuoso con el medio ambiente. Por otro lado, no ofrece suficiente aislamiento, por lo que debe completarse con un sistema de aislamiento acústico y térmico. Para evitar utilizar un aislamiento térmico demasiado grueso, se puede optar por el ladrillo monomuro, que ofrece un mejor aislamiento. Este material inerte es capaz de reducir las diferencias de temperatura evitando que el calor fuerte invada la casa durante el periodo estival y aportando confort interior en la mitad de la temporada.